Indicado cuando haya molestias o dolor localizado en forma de punzadas y, por lo tanto debe tratarse, sobre todo, cuando ese dolor sea en una gran parte de la espalda, donde se encuentra una gran cantidad de músculos, además de encontrar la paravertebral a ambos lados de la columna, que por varios factores se ha perdido la movilidad adecuada. La sesión puede finalizar con técnicas de relajación durante unos minutos para facilitar que el músculo recupere su propia temperatura.

Se puede conjugar perfectamente con un masaje cervical, hacer una combinación de estos dos masajes de espalda nos dejará aliviados y reducirá el dolor. La frecuencia de estos masajes suele ser de dos veces al mes para evitar cualquier tipo de malestar agudo.

Se aplica aceite o crema de masaje especial por defecto e incluso piedras volcánicas, de ese modo se consigue aumentar la satisfacción o placebo porque la técnica neuromuscular empleada sirve para eliminar las contracturas. También se puede utilizar crema fría o caliente.

Los beneficios y la mejora física se notan desde la primera vez que recibe este tipo de masaje además de aliviar las molestias. Después de la sesión se puede recomendar una técnica de respiración si es conveniente en su caso.

También es muy adecuado para personas con cifosis (curvatura hacia afuera en la columna).